miércoles, 19 de enero de 2011

Lamentablemente, el próximo gobierno de España va a ser del PP (Mª Dolores Cospedal)

Por una vez, y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con la Sra. Cospedal: sería verdaderamente lamentable que el Partido Popular llegara a gobernar este país.

Supongo que este lapsus no estaba en el guión que la Secretaria general del PP pretendía seguir en la entrevista de los Desayunos de TVE, pero refleja con precisión lo que muchos españoles sentimos: que la actitud del principal partido de la oposición ante la crisis que atenaza a este país y a medio mundo, es verdaderamente “lamentable”.

Las medidas impopulares llevadas a cabo por el gobierno ayudarían a la hipotética llegada del PP a la Presidencia del gobierno, algo que dan por sentado los conservadores españoles, que se frotan las manos viendo como la crisis los acerca a ganar las elecciones, “la Moncloa bien vale una ruina”, sumidos en una ansiedad por gobernar que se manifiesta en que su única propuesta sea el adelanto de elecciones.

Disposiciones encaminadas a reducir el déficit público y reafirmar la solvencia de nuestra deuda, acuciada por los mercados, son, vuelvo a repetir medidas impopulares pero imprescindibles, tomadas por un gobierno responsable que antepone los intereses de estado a los de partido, a sabiendas que el desgaste electoral que conllevan puede suponerle perder las próximas elecciones.

Precisamente por impopulares, el PP no apoya estas medidas, aunque las considere necesarias. Prefiere que sean otros los que le hagan el trabajo “sucio”, para que cuando lleguen a la Moncloa, lo impopular esté hecho y surtiendo efectos sobre la recuperación económica, que según todos los indicadores ya empieza a producirse, aunque de manera muy tibia. Después presentarán esta recuperación como fruto de su gestión, tal y como hicieron en 1996.

Y a las pruebas me remito: el 31 de octubre el diario El País publicaba una entrevista al Sr. Rajoy, en la que aplaudía con entusiasmo la política anticrisis del, entonces, flamante primer ministro británico David Cameron, la esperanza blanca de los conservadores británicos. Ese modelo fue el adoptado públicamente por el jefe del PP. Hoy ya sabemos en qué consiste esa política: miles de funcionarios despedidos, privatizaciones a todo trapo, recortes sociales, sanitarios y escolares (han triplicado el importe de las tasas lo que dificultará el acceso a la universidad a los menos pudientes) etc. Algo parecido a la involución capitaneada en los ochenta por Margaret Thatcher, la Dama de hierro del capitalismo salvaje, tan a miga, por cierto, del general Pinochet.

En otros tiempos alabaron la política económica de Irlanda. Así la condesa Esperanza Aguirre afirmaba que “el milagro económico irlandés tuvo su origen en políticas neoliberales”. También Mariano Rajoy loaba las virtudes de las “recetas liberales” irlandesas. Hoy Irlanda está intervenida, sus ciudadanos sufriendo unos recortes brutales y pagando una deuda e intereses que heredarán varias generaciones.

La Sra. Cospedal dijo:”lamentablemente, y digo lamentablemente, el próximo gobierno de España va a ser del Partido Popular”. Coincido en lo de lamentable, en la insistencia en lo lamentable, pero aún falta más de un año para las elecciones, la cuarta parte de la legislatura. Mucho tiempo en política y suficiente para que los ciudadanos, que no son tontos, se den cuenta de que gobernar es asumir decisiones necesarias, aunque dolorosas y que saldríamos antes de la crisis si todos tiraran del carro en lugar de poner palos en las ruedas ya que la “Moncloa no vale una ruina”.

Joaquín Mesa Carnerero